Quo. «Tecnología desarrollada por y para personas ciegas: Este es el futuro del Bastón Blanco»

Para Antonio Alarcón no fue fácil. Unos años atrás le detectaron un glaucoma y no pasó mucho tiempo hasta que la ONCE le recomendó comenzar a utilizar un bastón blanco. Pero muy pronto Antonio se dio cuenta que había un problema importante: el bastón le ayudaba a detectar obstáculos en el camino, pero solo aquellos que estuvieran por debajo de la cintura. Marquesinas, paraguas, ramas… todo esto pasaba desapercibido para el bastón y con su metro noventa de altura, Antonio no lo tenía fácil.

“Yo era un nuevo ciego y mi miedo era golpearme con algo en la cara: parasoles, toldos o ramas de árboles. Existían algunos productos, pero eran complejos, difíciles de utilizar y muy molestos”, explica Antonio.

Este fue el germen de Egara, un bastón para ciegos con un mango de asistencia inteligente, adaptable a todos los bastones tradicionales para personas ciegas, que evita colisiones con objetos y barreras elevadas por encima de la cintura e indetectables para ellos.

El proceso de desarrollo se inició en 2013. Antonio es parte del equipo de Investigación de Retinosis Pigmentaria Bidons Egara, de la Universidad Miguel Hernández de Elche (UMH), y se unió a otros departamentos de la misma institución y a la empresa tecnológica Instead Technologies  y juntos desarrollaron este nuevo dispositivo, el bastón Egara.

La tecnología que incorpora es capaz de detectar obstáculos aéreos que no podrían ser localizados por un bastón blanco. Este proceso es posible gracias a tres sensores de ultrasonidos situados en la parte inferior del mango que crean una barrera virtual frente al usuario. Cuando estos sensores detectan un obstáculo, el portador del bastón recibe una señal de vibración en la muñequera que está conectada al mango.

Para evitar advertencias repetitivas, que pueden confundir o crear una sensación de agobio, Egara está diseñado para que solo avise de aquellos objetos que realmente sean susceptibles de colisionar, discriminando otros que no supongan una interferencia en el camino o que ya hayan sido detectados en el rastreo habitual.

En el mundo hay 285 millones de personas con discapacidad visual, 39 millones son ciegos y 246 millones tienen baja visión, pero también, recuerda Antonio “hay una población que envejece cada vez más con problemas como la degeneración macular, y que necesita nuevos soportes de movilidad para mejorar su calidad de vida. Los pocos bastones inteligentes que hoy existen no consideran que el usuario deba centrarse por completo en sus movimientos. Egara aborda aspectos ergonómicos, táctiles y de maniobrabilidad individuales. Para una persona con deficiencia visual, el oído y el tacto son casi su única vía para recibir información del entorno, y eso es algo que Egara, gracias al sistema de vibración, respeta al máximo. Estoy convencido de que es el futuro”.

Egara, que ya cuenta con 5 prototipos funcionales esperando ser aprobados por la ONCE, ha sido elegida finalista entre centenares de propuestas sociales por la Fundación MAPFRE para los premios de Innovación Social al que se han postulado numerosos emprendimientos de más de 10 países.